La ouija, un conocido tablero usado para la adivinación y el supuesto contacto con espíritus en el “más allá”, podría servir de puerta a “influencias demoniacas”.
Así lo advirtió el P. José de Jesús Aguilar, director de Arte Sacro de la Arquidiócesis de México, en declaraciones al programa Sale el Sol, de Imagen Televisión.
El sacerdote mexicano indicó que el nombre de “ouija”, hoy convertido en un juego que se vende incluso en supermercados, proviene del “oui”, que significa “sí” en francés y del alemán “ja”, que tiene la misma traducción afirmativa.
Los intentos de contactar a espíritus a través de este tablero, señaló el sacerdote, pueden llevar a que el demonio aproveche la ocasión “para decir sí, soy un difunto. Y entonces, el demonio comienza a responder a su antojo para engañar a las personas y conducirlas a respuestas o a cosas totalmente negativas”.
“Ahí es donde la ouija puede dar, como se dice popularmente, una apertura a las puertas del maligno”.
El sacerdote precisó, sin embargo, que “al demonio se le puede invocar de forma directa o indirecta”, y señaló que “si una persona lo invoca directamente en lo que llaman una misa negra, una oración directa y ‘quiero que vengas y que me poseas y que hagamos un trato o algo así’, en ese momento está abriendo la puerta totalmente y el demonio puede poseer a la persona”.
“Es distinto cuando alguien no sabía que estaba invitando al demonio, pensó que estaba tratando de contactar a un difunto, a su papá, a su mamá o algo así”, dijo.
En el caso de la ouija, explicó, no necesariamente habrá una posesión demoniaca, “pero sí puede haber influencias demoniacas que se pueden ver con insomnio, con vómitos, con aparición de rasguños o algunos elementos físicos”.
“En este caso no se necesita un exorcismo”, indicó el P. Aguilar, pero sí “algunas liberaciones que las puede hacer cualquier sacerdote. Basta que la persona se arrepienta de lo que ha hecho”.
Al finalizar su explicación, el P. Aguilar alentó a que los fieles se liberen “de estas tonterías, haciendo las cosas como se debe y no entrando al mundo de la hechicería y de la adivinación”.