Un día como hoy hace seis años, el Papa Francisco tomó posesión de la Cátedra del Obispo de Roma en una ceremonia realizada en la basílica papal de San Juan de Letrán, que es también la catedral de la capital italiana.
A la Misa, llevada a cabo en el Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia de 2013, asistieron el Vicario de Roma, Cardenal Agostino Vallini; el Vicario Emérito y expresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Cardenal Camillo Ruini; obispos auxiliares, sacerdotes de la diócesis, diáconos, religiosos y fieles laicos.
Una vez concluida la celebración, el Pontífice se asomó al balcón de las bendiciones de la Basílica y saludó a los fieles en la plaza con estas palabras:
“Hermanos y hermanas, ¡buenas tardes! Les doy las gracias por vuestra compañía en la Misa de hoy. ¡Muchas gracias! Les pido que recen por mí, lo necesito. No se olviden de esto. ¡Gracias a todos ustedes! Y sigamos adelante todos juntos, el pueblo y el Obispo, todos juntos; adelante siempre con la alegría de la Resurrección de Jesús; Él siempre está a nuestro lado. Que el Señor los bendiga”.
“¡Muchas gracias! ¡Hasta pronto!”, concluyó el Pontífice.
El Santo Padre fue elegido el 13 de marzo de 2013 como Sucesor de San Pedro, convirtiéndose así en el primer Papa latinoamericano y jesuita. Seis días después inició su pontificado en la Solemnidad de San José, en la Plaza San Pedro en Roma.
En la Misa que presidió este domingo 7 de abril, el Papa Francisco consagró el altar de la Parroquia San Julio en Monteverde, en la zona oeste de Roma.
Al inicio de la Misa, el Papa bendijo el agua para que el Cardenal Angelo de Donatis, Vicario para la Diócesis de Roma, rocíe con ella a los asistentes.
A continuación se leyeron las lecturas y el Evangelio, tras lo cual el Santo Padre no pronunció una homilía sino que él y los asistentes estuvieron unos momentos en silencio. Luego del rezo del Credo se cantó las letanías de los santos.
Después el Santo Padre presidió el rito de la consagración del altar de la parroquia con el crisma (aceite bendito) que se usa para estas ocasiones especiales. El Papa esparció con sus manos el crisma sobre el altar.
Tras la consagración del altar, el Cardenal Angelo de Donatis, Vicario del Papa para la Diócesis de Roma, ungió con aceite las cruces que están en las paredes a los lados del altar.
Francisco ya había realizado algo similar cuando consagró el altar de la Catedral de Santa María La Antigua en Panamá, en enero de este año.
Al final de la Misa, el párroco P. Dario Frattini, leyó su saludo al Papa en el que expresó su alegría y la de los fieles por la visita del Pontífice. “Le aseguramos que usted siempre estará en nuestros corazones”, dijo el sacerdote.
Al concluir la Misa el Papa saludó a algunos enfermos y ancianos presentes en el templo.
Con esta Misa, Francisco concluyó su visita a la parroquia San Julio en Monteverde en la que se reunió con los enfermos, con los recién casados y los novios; y con los responsables de la reconstrucción de la iglesia.
El Santo Padre también confesó a algunos fieles y se reunió con los grupos de la catequesis. A estos niños y jóvenes los alentó a confiar en la fidelidad de Jesús ante las dudas de fe.
“Todos los hombres, las mujeres, los niños tienen dudas, en cierto momento tienen dudas, todos, es parte de la vida y dudar es poner a prueba a Dios para ver si es fiel, si es verdad que escucha nuestras dudas, cuando hay una enfermedad en la familia, por ejemplo, cuando fallece un familiar nos preguntamos por qué y vienen las dudas siempre”, dijo el Papa en ese encuentro.
En esos momentos, toca “pensar en la fidelidad en Jesús” porque “Él es el único fiel, nosotros somos fieles a los amigos, pero en ocasiones, no somos fieles, pero Jesús sí, una fidelidad que nunca desilusiona”, subrayó el Pontífice.