Discurso del Papa Francisco en la Sophia University de Japón
El Papa pide que los grandes avances tecnológicos sirvan a una educación más humana
Papa Francisco culmina visita apostólica a Japón y regresa a Roma
Lo que no viste de la visita del Papa Francisco a Japón
Discurso del Papa Francisco en la Sophia University de Japón
Este 26 de noviembre, en la última actividad de su visita apostólica a Japón, el Papa Francisco dio un discurso la Sophia University, centro de estudios católico fundado por la Compañía de Jesús y uno de los más importantes del país.
En su discurso, el Santo Padre alentó a que los grandes avances tecnológicos se pongan al servicio de una educación más humana, justa y ecológicamente responsable.
A continuación el discurso completo del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas: Me alegra mucho poder estar unos minutos con ustedes al final de mi visita apostólica, poco antes de dejar Japón y regresar a Roma.
Mi estadía en este país ha sido breve pero intensa. Agradezco a Dios y a todo el pueblo nipón por la oportunidad de poder visitar este país, que dejó una gran huella en la vida de san Francisco Javier, y donde tantos mártires dieron testimonio de su fe cristiana. A pesar de que los cristianos son una minoría, su presencia se siente. Yo mismo he sido testigo de la estima general que se tiene hacia la Iglesia Católica, y espero que este respeto mutuo pueda aumentar en el futuro. También he observado que, a pesar de la eficiencia y el orden que caracterizan a la sociedad japonesa, se percibe que se desea y se busca algo más: un hondo anhelo por crear una sociedad cada vez más humana, compasiva y misericordiosa.
El estudio y la meditación son parte de toda cultura, y vuestra cultura japonesa está, en este sentido, orgullosa de su herencia antigua y rica. Japón ha podido integrar el pensamiento y las religiones de Asia en su conjunto y crear una cultura con identidad definida. La Escuela Ashikaga, que tanto impresionó a san Francisco Javier, es un ejemplo de la capacidad de la cultura japonesa para absorber y transmitir el conocimiento. Los centros de estudio, meditación e investigación, siguen desempeñando un papel importante en la cultura actual. Por esta razón, es necesario que conserven su autonomía y libertad, en aras de un futuro mejor. Puesto que las universidades siguen siendo el lugar principal en el que se capacitan los líderes futuros, es necesario que el conocimiento y la cultura en toda su amplitud inspire todos los aspectos de las instituciones educativas volviéndose cada vez más inclusivas y generadoras de oportunidad y promoción social.
Sophia. Siempre el hombre, para administrar sus recursos de manera constructiva y eficiente, necesitó de la verdadera Sabiduría. En una sociedad tan competitiva y tecnológicamente orientada, esta universidad debería ser un centro no sólo de formación intelectual, sino también un lugar donde pueda ir tomando forma una sociedad mejor y un futuro más lleno de esperanza. En el espíritu de la encíclica Laudato si’, añadiría que el amor por la naturaleza, tan típico de las culturas asiáticas, aquí debería expresarse en una inquietud inteligente y previsora por la protección de la tierra, nuestra casa común. Inquietud que pueda amalgamarse con la promoción de una nueva episteme capaz de ampliar y cuestionar todo intento reduccionista de parte del paradigma tecnocrático (cf. nn. 106-114). No perdamos de vista que «la auténtica humanidad, que invita a una nueva síntesis, parece habitar en medio de la civilización tecnológica, casi imperceptiblemente, como la niebla que se filtra bajo la puerta cerrada. ¿Será una promesa permanente, a pesar de todo, brotando como una empecinada resistencia de lo auténtico?» (ibíd., 112).
La Sophia University ha estado siempre marcada por una identidad humanista, cristiana e internacional. Desde su fundación, la Universidad se ha enriquecido con la presencia de profesores de varios países, incluso a veces de países en conflicto entre sí. Sin embargo, todos estaban unidos por el deseo de dar lo mejor a los jóvenes de Japón. Ese mismo espíritu perdura también en las muchas formas en las que ustedes brindan ayuda a quienes más lo necesitan, aquí y en el extranjero. Estoy seguro de que este aspecto de la identidad de vuestra Universidad se fortalecerá cada vez más, de modo que los grandes avances tecnológicos de hoy puedan ponerse al servicio de una educación más humana, justa y ecológicamente responsable. La tradición ignaciana, en la que se basa Sophia, debe impulsar a profesores y estudiantes por igual a crear una atmósfera que fomente la reflexión y el discernimiento. Ningún estudiante de esta universidad debería graduarse sin haber aprendido cómo elegir, responsable y libremente, lo que en conciencia sabe que es lo mejor. Que en cada situación, incluso en las más complejas, se interesen por lo que en su conducta es justo y humano, cabal y responsable, decididos defensores de los vulnerables, y sean conocidos por esa integridad que tanto se necesita en estos momentos en que las palabras y las acciones a menudo son falsas o engañosas.
Las Preferencias Apostólicas Universales que propuso la Compañía de Jesús dejan claro que el acompañamiento de los jóvenes es una realidad importante en todo el mundo, y que todas las instituciones ignacianas deben fomentar ese acompañamiento. Como lo demuestra el Sínodo sobre los jóvenes y sus documentos, la Iglesia universal también mira con esperanza e interés a los jóvenes de todo el mundo. Vuestra Universidad en su conjunto debe centrarse en los jóvenes, que no sólo han de ser receptores de una educación preparada, sino también parte de esa educación, ofreciendo sus ideas y compartiendo su visión y esperanzas para el futuro. Que vuestra Universidad sea conocida por ese modelo de intercambio y por el enriquecimiento y vitalidad que esto genera.
La tradición cristiana y humanista de Sophia está totalmente en consonancia con otra de las preferencias que mencioné, la de caminar con los pobres y los marginados de nuestro mundo. La Universidad, enfocada en su misión, deberá estar abierta siempre a crear un archipiélago capaz de interconectar lo que social y culturalmente puede llegar a concebirse como separado. Los marginados serán creativamente involucrados e incorporados en el currículo universitario, buscando posibilitar las condiciones para que esto se traduzca en la promoción de un estilo educativo capaz de achicar brechas y distancias. El estudio universitario de calidad, más que considerarlo el privilegio de unos pocos, tiene que ir acompañado por la conciencia de saberse servidores de la justicia y del bien común; servicio a implementarse en el área que a cada uno le toque desarrollar. Una causa que nos compete a todos; el consejo de Pedro a Pablo sigue siendo cierto hoy: no olvidemos a los pobres (cf. Ga 2,10).
Queridos jóvenes, profesores, y todo el personal de la Sophia University: Que estas reflexiones y nuestro encuentro de hoy den fruto en sus vidas y en la vida de esta comunidad académica. El Señor y su Iglesia cuentan con ustedes para que participen en la misión de buscar, hallar y expandir la Sabiduría divina y ofrecer alegría y esperanza a la sociedad actual. Por favor, no se olviden también de rezar por mí y por todos los que más necesitan de nuestra ayuda.
Ahora, mientras me dispongo a dejar Japón, les agradezco, y a través de ustedes a todo el pueblo japonés, por la amable acogida y bienvenida que me han brindado durante esta visita. Los tendré presentes en mis oraciones.
El Papa pide que los grandes avances tecnológicos sirvan a una educación más humana
Este 26 de noviembre, en la última actividad de su visita apostólica a Japón, el Papa Francisco dio un discurso la Sophia University, centro de estudios católico fundado por la Compañía de Jesús y uno de los más importantes del país.
En su discurso, el Santo Padre alentó a que los grandes avances tecnológicos se pongan al servicio de una educación más humana, justa y ecológicamente responsable.
A continuación el discurso completo del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas: Me alegra mucho poder estar unos minutos con ustedes al final de mi visita apostólica, poco antes de dejar Japón y regresar a Roma.
Mi estadía en este país ha sido breve pero intensa. Agradezco a Dios y a todo el pueblo nipón por la oportunidad de poder visitar este país, que dejó una gran huella en la vida de san Francisco Javier, y donde tantos mártires dieron testimonio de su fe cristiana. A pesar de que los cristianos son una minoría, su presencia se siente. Yo mismo he sido testigo de la estima general que se tiene hacia la Iglesia Católica, y espero que este respeto mutuo pueda aumentar en el futuro. También he observado que, a pesar de la eficiencia y el orden que caracterizan a la sociedad japonesa, se percibe que se desea y se busca algo más: un hondo anhelo por crear una sociedad cada vez más humana, compasiva y misericordiosa.
El estudio y la meditación son parte de toda cultura, y vuestra cultura japonesa está, en este sentido, orgullosa de su herencia antigua y rica. Japón ha podido integrar el pensamiento y las religiones de Asia en su conjunto y crear una cultura con identidad definida. La Escuela Ashikaga, que tanto impresionó a san Francisco Javier, es un ejemplo de la capacidad de la cultura japonesa para absorber y transmitir el conocimiento. Los centros de estudio, meditación e investigación, siguen desempeñando un papel importante en la cultura actual. Por esta razón, es necesario que conserven su autonomía y libertad, en aras de un futuro mejor. Puesto que las universidades siguen siendo el lugar principal en el que se capacitan los líderes futuros, es necesario que el conocimiento y la cultura en toda su amplitud inspire todos los aspectos de las instituciones educativas volviéndose cada vez más inclusivas y generadoras de oportunidad y promoción social.
Sophia. Siempre el hombre, para administrar sus recursos de manera constructiva y eficiente, necesitó de la verdadera Sabiduría. En una sociedad tan competitiva y tecnológicamente orientada, esta universidad debería ser un centro no sólo de formación intelectual, sino también un lugar donde pueda ir tomando forma una sociedad mejor y un futuro más lleno de esperanza. En el espíritu de la encíclica Laudato si’, añadiría que el amor por la naturaleza, tan típico de las culturas asiáticas, aquí debería expresarse en una inquietud inteligente y previsora por la protección de la tierra, nuestra casa común. Inquietud que pueda amalgamarse con la promoción de una nueva episteme capaz de ampliar y cuestionar todo intento reduccionista de parte del paradigma tecnocrático (cf. nn. 106-114). No perdamos de vista que «la auténtica humanidad, que invita a una nueva síntesis, parece habitar en medio de la civilización tecnológica, casi imperceptiblemente, como la niebla que se filtra bajo la puerta cerrada. ¿Será una promesa permanente, a pesar de todo, brotando como una empecinada resistencia de lo auténtico?» (ibíd., 112).
La Sophia University ha estado siempre marcada por una identidad humanista, cristiana e internacional. Desde su fundación, la Universidad se ha enriquecido con la presencia de profesores de varios países, incluso a veces de países en conflicto entre sí. Sin embargo, todos estaban unidos por el deseo de dar lo mejor a los jóvenes de Japón. Ese mismo espíritu perdura también en las muchas formas en las que ustedes brindan ayuda a quienes más lo necesitan, aquí y en el extranjero. Estoy seguro de que este aspecto de la identidad de vuestra Universidad se fortalecerá cada vez más, de modo que los grandes avances tecnológicos de hoy puedan ponerse al servicio de una educación más humana, justa y ecológicamente responsable. La tradición ignaciana, en la que se basa Sophia, debe impulsar a profesores y estudiantes por igual a crear una atmósfera que fomente la reflexión y el discernimiento. Ningún estudiante de esta universidad debería graduarse sin haber aprendido cómo elegir, responsable y libremente, lo que en conciencia sabe que es lo mejor. Que en cada situación, incluso en las más complejas, se interesen por lo que en su conducta es justo y humano, cabal y responsable, decididos defensores de los vulnerables, y sean conocidos por esa integridad que tanto se necesita en estos momentos en que las palabras y las acciones a menudo son falsas o engañosas.
Las Preferencias Apostólicas Universales que propuso la Compañía de Jesús dejan claro que el acompañamiento de los jóvenes es una realidad importante en todo el mundo, y que todas las instituciones ignacianas deben fomentar ese acompañamiento. Como lo demuestra el Sínodo sobre los jóvenes y sus documentos, la Iglesia universal también mira con esperanza e interés a los jóvenes de todo el mundo. Vuestra Universidad en su conjunto debe centrarse en los jóvenes, que no sólo han de ser receptores de una educación preparada, sino también parte de esa educación, ofreciendo sus ideas y compartiendo su visión y esperanzas para el futuro. Que vuestra Universidad sea conocida por ese modelo de intercambio y por el enriquecimiento y vitalidad que esto genera.
La tradición cristiana y humanista de Sophia está totalmente en consonancia con otra de las preferencias que mencioné, la de caminar con los pobres y los marginados de nuestro mundo. La Universidad, enfocada en su misión, deberá estar abierta siempre a crear un archipiélago capaz de interconectar lo que social y culturalmente puede llegar a concebirse como separado. Los marginados serán creativamente involucrados e incorporados en el currículo universitario, buscando posibilitar las condiciones para que esto se traduzca en la promoción de un estilo educativo capaz de achicar brechas y distancias. El estudio universitario de calidad, más que considerarlo el privilegio de unos pocos, tiene que ir acompañado por la conciencia de saberse servidores de la justicia y del bien común; servicio a implementarse en el área que a cada uno le toque desarrollar. Una causa que nos compete a todos; el consejo de Pedro a Pablo sigue siendo cierto hoy: no olvidemos a los pobres (cf. Ga 2,10).
Queridos jóvenes, profesores, y todo el personal de la Sophia University: Que estas reflexiones y nuestro encuentro de hoy den fruto en sus vidas y en la vida de esta comunidad académica. El Señor y su Iglesia cuentan con ustedes para que participen en la misión de buscar, hallar y expandir la Sabiduría divina y ofrecer alegría y esperanza a la sociedad actual. Por favor, no se olviden también de rezar por mí y por todos los que más necesitan de nuestra ayuda.
Ahora, mientras me dispongo a dejar Japón, les agradezco, y a través de ustedes a todo el pueblo japonés, por la amable acogida y bienvenida que me han brindado durante esta visita. Los tendré presentes en mis oraciones.
El Papa pide que los grandes avances tecnológicos sirvan a una educación más humana
El Pontífice llegó a esta universidad, fundada en 1913 por los jesuitas, pasadas las siete de la mañana y celebró una Misa privada a las 7:45 a.m. (hora local) en la capilla del Kulturzentrum con los miembros de la Compañía de Jesús
Posteriormente, el Santo Padre visitó a los sacerdotes ancianos y enfermos, y saludó a 15 empleados de la comunidad.
La visita oficial a la Sophia University comenzó a las 10:00 a.m., donde fue recibido por el canciller, el sacerdote jesuita Tsutomu Sakuma. En su discurso de bienvenida, la autoridad universitaria relató al Papa que el origen de este centro católico se encuentra en el sueño de San Francisco Javier de “tener un instituto de instrucción superior en Japón” cuando llegó en 1549 como misionero, y que se hizo realidad en 1913 con los tres sacerdotes que llegaron al país enviados por el Papa Pío X en 1908.
Luego de recordar la visita de San Juan Pablo II en 1981, el canciller señaló que “la educación católica en el contexto secular de hoy tiene un desafío por todos lados”, especialmente en el caso del Japón.
Al tomar la palabra, el Papa Francisco aseguró que durante su visita ha sido testigo de la estima que se tiene a la Iglesia Católica y expresó su deseo de que esta aumente en el futuro.
Asimismo, dijo que “a pesar de la eficiencia y el orden que caracterizan a la sociedad japonesa”, observó que “se percibe que se desea y se busca algo más: un hondo anhelo por crear una sociedad cada vez más humana, compasiva y misericordiosa”.
En su discurso, el Papa destacó “la capacidad de la cultura japonesa para absorber y transmitir el conocimiento”. “Puesto que las universidades siguen siendo el lugar principal en el que se capacitan los líderes futuros, es necesario que el conocimiento y la cultura en toda su amplitud inspire todos los aspectos de las instituciones educativas volviéndose cada vez más inclusivas y generadoras de oportunidad y promoción social”, señaló.
En ese sentido alentó a la Sophia University a ser, en una sociedad tan competitiva y tecnológicamente orientada, no solo un centro de formación intelectual, “sino también un lugar donde pueda ir tomando forma una sociedad mejor y un futuro más lleno de esperanza”.
“La tradición ignaciana, en la que se basa Sophia, debe impulsar a profesores y estudiantes por igual a crear una atmósfera que fomente la reflexión y el discernimiento. Ningún estudiante de esta universidad debería graduarse sin haber aprendido cómo elegir, responsable y libremente, lo que en conciencia sabe que es lo mejor” y se interesen por lo que es justo y humano, señaló.
En ese sentido, el Pontífice dijo que la universidad católica debe estar abierta a “crear un archipiélago capaz de interconectar lo que social y culturalmente puede llegar a concebirse como separado”.
“Los marginados serán creativamente involucrados e incorporados en el currículo universitario, buscando posibilitar las condiciones para que esto se traduzca en la promoción de un estilo educativo capaz de achicar brechas y distancias”.
“El estudio universitario de calidad, más que considerarlo el privilegio de unos pocos, tiene que ir acompañado por la conciencia de saberse servidores de la justicia y del bien común; servicio a implementarse en el área que a cada uno le toque desarrollar. Una causa que nos compete a todos; el consejo de Pedro a Pablo sigue siendo cierto hoy: no olvidemos a los pobres”, señaló.
Antes de culminar, el Papa Francisco dijo a la comunidad de la Sophia University que Cristo y su Iglesia “cuentan con ustedes para que participen en la misión de buscar, hallar y expandir la Sabiduría divina y ofrecer alegría y esperanza a la sociedad actual. Por favor, no se olviden también de rezar por mí y por todos los que más necesitan de nuestra ayuda”.
Al final del evento, el Santo Padre obsequió a la universidad un bajo relieve de la Virgen María hecho de plata en 1989, obra del maestro Marino Mandolesi e inspirado directamente en la famosa pintura de la Inmaculada Concepción de María, que el maestro Scipione Pulzone hizo en 1582 para la capilla del mismo nombre en la ciudad de Gaeta.
Papa Francisco culmina visita apostólica a Japón y regresa a Roma
Este 26 de noviembre el Papa Francisco culminó su visita apostólica a Japón y a las 11:37a.m. partió el avión que lo lleva de Tokio a Roma, a donde debe llegar aproximadamente a las 5:15 p.m. (hora italiana).
La visita a Japón forma parte de su quinto viaje a Asia y que en su primera etapa incluyó Tailandia, donde estuvo del 20 al 23 de noviembre.
Además de la capital Tokio, el Santo Padre visitó Nagasaki e Hiroshima, ciudades que fueron devastadas en agosto de 1945 por las bombas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial.
En Nagasaki el Papa rindió un homenaje a los 26 mártires de fines del siglo XVI, encabezados por el jesuita San Pablo Miki, dio un mensaje contra el uso de las armas nucleares y celebró una Misa en el estadio de béisbol.
En Hiroshima, Francisco presidió un Encuentro por la Paz, donde se encontró con sobrevivientes del ataque y advirtió que “el uso de la energía atómica con fines de guerra es inmoral. Seremos juzgados por esto”.
Además de reunirse con los obispos japoneses, Francisco tuvo en Tokio un encuentro privado con el emperador Naruhito, con el primer ministro Shinzo Abe, las autoridades, así como con los jóvenes y con los sobrevivientes de la triple catástrofe de 2011.
Asimismo, celebró una Misa en el Tokio Dome y visitó la Sophia University, centro católico fundado por los jesuitas en 1913 y uno de los más importantes de Japón.
Lo que no viste de la visita del Papa Francisco a Japón
El día 26 de noviembre el Papa Francisco regresa a Roma, concluyendo así con su quinto viaje apostólico a Asia.
Luego de su visita a Tailandia, el Pontífice arribó a Japón el 23 de noviembre, donde visitó Hiroshima y Nagasaki, se reunió con el emperador Naruhito, con las víctimas de la “triple catástrofe” de Fukushima, la comunidad católica del país sacerdotes, religiosas y jóvenes.
Aquí compartimos 6 momentos que posiblemente no viste de su viaje a Japón:
1.- Familias arman un “senbazuru” por el Papa
12.000 familias de la diócesis de #Nagasaki escribieron 30.000 intenciones de oración en los días previos a la llegada del #PapaenJapon. Estas son las peticiones de oración al #PapaFrancisco. #popeinjapan #PopeinJapan2019 Vatican Media
El senbazuru, que viene de las palabras “Sen” que significa mil y “Zuru” que es grulla, es un recuerdo que los japoneses hacen para desear buena suerte o la pronta recuperación de alguien.
Popularizado luego de la Segunda Guerra Mundial debido a la historia de Sadako Sasaki, una niña que falleció a causa de la leucemia provocada por la radiación de la bomba atómica y que hizo más de mil grullas de papel como una oración para su recuperación, es ahora un símbolo de paz y un recordatorio del horror de las armas nucleares.
2.- La fotografía que “grita” paz durante la Segunda Guerra Mundial
El Papa Francisco se encontró con el hijo del fotógrafo estadounidense, Joseph Roger O’Donnell, que inmortalizó el horror de la catástrofe nuclear de Nagasaki, el Santo Padre le comentó: “Tu padre ha hecho mucho por la paz”.
La imagen, que el Santo Padre repartió en 2017 para generar consciencia sobre la guerra y sus lamentables consecuencias, fue colocada en el Parque de la bomba atómica en Nagasaki, en ella se puede ver a un niño que espera su turno en el crematorio cargando a su hermanito muerto después de la explosión de la bomba atómica el 9 de agosto de 1945.
En el estrado de @Pontifex_es en el Parque de la bomba atómica en #Nagasaki se colocó la foto símbolo del niño que carga a su hermanito muerto después de la explosión de la bomba atómica el 9 de agosto de 1945 que causó la muerte de 40.000 personas
カトリック信徒の青年たち有志による団体「#フランシスコうぃる」からのプレゼントを受け取ったフランシスコ教皇。その場で羽織るサプライズもありました。日本ならではの、若者らしいプレゼントに大満足の表情です! #popeinjapan #ローマ教皇
En la parte de atrás se puede leer en el idioma natal del Pontífice, “Te queremos”, “Contá conmigo” y “Reza por los jóvenes de Japón”. Mientras adelante, en el lado derecho se lee en japonés, “Papa Francisco” y en el izquierdo “Generación 266”, en referencia al número de Papa que es Francisco.
4.- Religiosa carmelita se encuentra con el Papa y pide por su familia
VIDEO: We're not crying, you are! This Carmelite sister, who lost her parents and two sisters to the atom bomb in Hiroshima, touched #PopeFrancis with her message desiring world peace and an end to the use of nuclear weapons. #PopeinJapan
La religiosa tenía un cartel en español, en el que indicaba que ha sufrido mucho por la guerra, por lo que reza por la paz en el mundo y que todas las carmelitas de Japón oran por el Papa.
5.- El Papa Francisco saluda a niños durante su trayecto en el papamóvil
Durante su paseo con el papamóvil por el Tokio Dome, durante su ingreso para la Misa central en Japón, muchos padres acercaron a sus pequeños para que pudieran recibir la bendición del Santo Padre.
6.- Recuerdos de la Misa vendidos para ayudar a defender la vida
El estadio Tokyo Dome vendieron recuerdos de la Misa del Santo Padre, entre los que destacan camisetas, chaquetas y gorros con el logo del viaje apostólico.
En la cuenta de twitter oficial del viaje del Papa en Japón, se señala que el dinero recaudado será donado al Pontífice por medio de la Conferencia de Obispos del país, para promover actividades que defiendan toda la vida, que es el tema central de la visita del Papa en Japón.
5.- El Papa Francisco saluda a niños durante su trayecto en el papamóvil
People wave Japan and Vatican City flags as Pope Francis passes by to officiate Mass at the Tokyo Dome.
Pontifex kisses and blesses children along the way #PopeinJapan #教皇来日2019 #教皇来日
6.- Recuerdos de la Misa vendidos para ayudar a defender la vida
En la cuenta de twitter oficial del viaje del Papa en Japón, se señala que el dinero recaudado será donado al Pontífice por medio de la Conferencia de Obispos del país, para promover actividades que defiendan toda la vida, que es el tema central de la visita del Papa en Japón.
東京ドームでは公式グッズを販売中です。売上の一部は、日本カトリック司教協議会を通じて、教皇様へ献金させていただき、今回の来日テーマである「すべてのいのちを守るため~PROTECT ALL LIFE~」を具現化する活動に使用されます。たくさんの方にお越し頂き、ありがとうございます。#popeinjapan