El domingo 11 de noviembre se celebró el 26° Día Nacional del Enfermo en Argentina y la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud pidió que se “respete a la persona enferma en su dignidad y se la ponga siempre en el centro del proceso de la curación”.
En su mensaje para la jornada, la comisión invitó a aprender de “la creatividad, impulsada por la caridad, de muchas iniciativas emprendidas a lo largo de los siglos; el compromiso en la investigación científica, para proporcionar a los enfermos una atención innovadora y fiable”.
En ese sentido, “la inteligencia organizacional y la caridad requieren más bien que se respete a la persona enferma en su dignidad y se la ponga siempre en el centro del proceso de la curación”.
Añadió que en este llamado también se deben sentir interpelados “los cristianos que trabajan en las estructuras públicas y que, por su servicio, están llamados a dar un buen testimonio del Evangelio”.
“Porque la pastoral de la salud sigue siendo, y siempre será, una misión necesaria y esencial que hay que vivir con renovado ímpetu tanto en las comunidades parroquiales como en los centros de atención más excelentes”, aseguró la comisión episcopal.
“La atención brindada en la familia es un testimonio extraordinario de amor por la persona humana que hay que respaldar con un reconocimiento adecuado y con unas políticas apropiadas”.
En ese proceso, tanto médicos y enfermeros, como sacerdotes, consagrados, voluntarios y familiares ,“todos aquellos que se comprometen en el cuidado de los enfermos, participan en esta misión eclesial”, insistió.
“Se trata de una responsabilidad compartida que enriquece el valor del servicio diario de cada uno”, agregó.
Durante la jornada algunas parroquias realizaron gestos significativos con los enfermos como por ejemplo ofrecer Misa, visitas a hospitales y hogares de ancianos con el objetivo de acercarles consuelo, fortaleza y paz.
Junto con ello, sensibilizaron sobre la labor de la pastoral de la para suscitar nuevas vocaciones comprometidas en este servicio de amor y misericordia.